miércoles, 17 de agosto de 2011
LA GRACIA DE DIOS
LA GRACIA DE DIOS
La experiencia del amor de Dios
1.¿Qué me dirás de la gracia de Dios?
Que es el actuar amoroso de Dios que nos transforma dándonos vida de hijos.
2.¿A qué se parece el actuar de Dios?
A un dialogo entre dos personas
3. ¿Qué produce la acción de Dios?
Una comunicación
4.¿Con qué palabra expresamos esa comunicación de Dios con Nosotros?
Con la palabra gracia, dádiva, donación, regalo, don, y hay una respuesta de parte nuestra.
La respuesta de aceptación
5.¿Cómo se llama nuestra respuesta de aceptación a la gracia de Dios?
Nuestra respuesta a la gracia divina:
+ Se llama fe, cuando reconocemos el llamado de Dios y nos adherimos a ÉL.
+ Se llama esperanza, cuando aceptamos las promesas de Cristo y el don del Espíritu Santo.
+ Se llama caridad, cuando, acogidos en el amor del Padre, unido a Jesús, habitado del Espíritu Santo y llenos de vida, amamos a los demás.
6.¿Qué ocurre entre la comunicación de Dios y la respuesta del hombre?
Como en el caso del “hijo pródigo”, somos llamados por dentro a creer, esperar y amar a Dios, nuestro Padre, y, sin embargo, nos sentimos separados de ÉL por la distancia del pecado.
7.¿Quién acorta esa distancia de pecado?
El Espíritu Santo, que, respetando nuestra libertad, actúa desde dentro para que volvamos al padre y a su amor perdido.
8.¿Qué poder tiene esa gracia actual?
La gracia actual del Espíritu Santo tiene el poder de santificarnos, es decir, de lavarnos de nuestros pecados y comunicarnos “la justicia de Dios por la fe en Jesucristo”. (Rm 3,22).
La conversión
9.¿Qué se entiende por convertirnos?
Por convertirnos, entendemos nuestro recorrido, bajo la acción de la gracia, para volver a Dios, apartándonos del pecado, acogiendo el perdón y la justicia de lo alto: la justificación.
La justificación
10.¿Por quién nos fue merecida la justificación?
La justificación nos fue merecida por la pasión de Cristo, que se ofreció en la cruz como hostia viva, santa y agradable a Dios, y cuya sangre vino a ser instrumento y propiciación por los pecados de todos los hombres
11.¿Cómo recibimos la justificación?
El Espíritu Santo, uniéndonos por medio de la fe y el bautismo a la pasión y resurrección de Cristo, nos hace participar de su propia vida comunicándonos la justificación que nos hace criaturas nuevas.
12.¿Qué se consigue con la justificación?
Con la justificación se consigue glorificar a Dios y el don de la vida eterna.
13.¿Qué dice San Agustín al respecto?
San Agustín dice que “La justificación del impío es una obra más grande que la creación del cielo y de la tierra” porque “el cielo y la tierra pasarán, mientras que la salvación y la justificación de los elegidos permanecerá”
La gracia santificante
14.¿Qué es la gracia santificante?
La gracia santificante es el don gratuito que Dios nos hace de su vida, que Cristo nos lo mereció, y que el Espíritu Santo infunde en nuestra alma para curarla del pecado, santificarla, hacerla agradable a sus ojos y participe de la intimidad de la vida trinitaria.
El merito: regalo de Dios
15.¿Tiene el hombre algún mérito en orden a su santificación?
No, el hombre no tiene ningún mérito por si mismo ante Dios, sino Sólo como una consecuencia del libre designio divino de asociarlo a la obra de su gracia.
16. ¿A quién pertenece el mérito?
El mérito pertenece; en primer lugar, a la gracia de Dios y en segundo lugar a la colaboración del hombre.
17. ¿Espera Dios que hagas una buena obra para “darte su gracia actual”?
De ninguna manera.
Dios te da por su gran amor en la persona de Cristo y en los sacramentos.
18. ¿Qué hace el hijo Pródigo al recibir esa llamada interior y actual?
Recapacita, se pone en camino, abandona el pecado, pide perdón y con el abrazo del padre recibe la reconciliación.
19. ¿Podemos ser libres y además responsables sin la gracia de Dios?
No, la gracia es necesaria para hacer siempre el bien bien hecho, porque Jesús nos dice “Sin mi no pueden hacer nada” (Jn. 15, 6)
La oración de súplica
20.¿Cómo podemos conseguir su gracia para ser responsables y libres?
Pidiéndola al Padre como Jesús mismo nos enseña: “Hasta ahora no han pedido nada en mi nombre”. (Jn. 16, 24).
21.¿Qué dice San Alfonso de la Oración?
“El que reza se salva, el que no reza se condena”; porque Dios nos da a todos la gracia de rezar para que pidamos las otras gracias que necesitamos.
22.¿Cuándo nos da Dios sus gracias?
Cuando quiere, como quiere, cuanto quiere y por los sacramentos, por las orientaciones de la Iglesia y demás medios de santificación (Oración, ayuno, penitencia) y los signos de los tiempos.
La predicación es gracia de conversión
23.¿Es necesario que se predique la palabra de Jesús, su vida y su obra?
La predicación de la Iglesia es gracia actual para que los hombres del tercer milenio nos convirtamos a Cristo.
24. ¿Todo el que se convierta es perdonado?
Si, es perdonado por el amor del Padre.
25. ¿Es necesario el sacramento?
Si, porque el sacramento es Jesucristo dando el perdón del Padre, sanación y vida abundante, que cura a la distancia (en el tiempo y en el espacio) como lo hizo con el hijo del funcionario. (Jn. 4, 46).
Los motivos de la conversión
26. ¿Regresa el hijo por el hambre o por la memoria del amor de su Padre?
Por ambas cosas: una es la tristeza de la que quiere salir, y otra la alegría a la que quiere llegar. (Lc. 15. 11).
27. ¿Convertirnos por temor al infierno?
Ese temor de la condenación, a donde no queremos llegar es contrición.
Pero el motivo principal de nuestra conversión es donde queremos llegar, a Dios, atraídos por el amor de Jesucristo, que queremos recibir, y, vivir en ÉL.
28.¿En que consiste la Justificación?
La justificación es el perdón total dado por el Padre Dios a sus hijos dispersos por el pecado, ahora reunidos en la Iglesia de Jesucristo por el don del Espíritu.
Llamados a la santidad
29.¿Es siempre interior la llamada?
No sólo es siempre interior, a veces también le acompaña una llamada exterior como cuando el Padre invitó al hijo mayor a participar de la alegría de su hermano.
30.¿Quiénes están llamados a la plenitud de la vida cristiana?
“Todos los fieles son llamados a la plenitud de la vida Cristiana y a la perfección de la caridad”.
31.¿Qué esperamos los cristianos?
Todos los cristianos esperamos la gracia de la perseverancia final y la recompensa de Dios por las obras buenas realizadas con su gracia, en comunión con Jesús, congregados en la “Ciudad Santa, la Nueva Jerusalén”.
Dios me los bendiga a todos.
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