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lunes, 5 de marzo de 2012

UN CONTRABANDO EN EL CIELO - viva Maria


Numerosa entrada de almas sin pasaporte.
San Pedro descubre al responsable -
La denuncia ante el Señor -
¿Qué pasa con la Virgen?
- La reticencia de Jesús).


Haciendo Dios un día la visita en el cielo acostumbrada, notó que cierta gente no tenía una faz suficientemente pura,y que se hallaba como avergonzada con esas almas de inefable albura.
A San Pedro -se dijo- ¿qué le pasa? 
Tal vez su edad no escasa el carácter le habrá debilitado; preciso es sermonearle al descuidado guardián; que se le llame. . . Y al instante en raudo y limpio vuelo,un ángel fue y halló lo bien sentado, y con el ojo alerta, muy tranquilo en el suelo, al lado de la puerta:"Yo vengo, San Pedro a reemplazarlo un momento siquiera, pues el buen Dios lo quiere interrogar''.
Y San Pedro corrió, y con severa actitud, el Señor lo reprendió diciéndole: "No, no esto no puede ser, tú estás dejando entrar gente manchada a esta mi pura celestial morada".
"Me confundes, buen Dios", respondió Pedro,"pues yo vivo en la puerta siempre en vela, como perenne y listo centinela, y a pesar de mi edad tan avanzada, no se me pasa, por descuido nada; créeme, buen Señor; no soy culpable, pues yo soy en mi puesto inexorable, y ningún muerto ha entrado a esa corte sin traer el debido pasaporte".
"Cálmate", dijo Dios; "probablemente se nos está engañando.
Mira abajo, ¿conoces esa gente?"
"Oh mi buen Dios, te digo francamente: Jamás por mí fue vista, que no están en mi lista, que no son en verdad de nuestro bando; y que indudablemente aquí se me está haciendo contrabando; pero yo te prometo, buen Señor, coger pronto al traidor; y de no, con dolor del alma mía , te renuncio, Señor, a la portería".
San Pedro echó después con gran cuidado mil vueltas a las varias cerraduras,y cuando estuvo bien asegurado de que no había rendija ni aberturas por donde penetrar pudiera un alma; y estando ya la noche un poco entrada se sentó en plena calma a vigilar la celestial portada.
Más, ¡oh gran maravilla! De repente y sin saber por dónde, cómo y cuándo vio que una intrusa gente al cielo y de rondón se iba colando. 
San Pedro entonces, inmediatamente mandó llamar a Dios para que viera lo que estaba pasando, y cuando hubo llegado, el buen portero le hizo señas a Dios que se escondiera allí, sin hacer ruido y que tuviera oído agudo y ojo muy certero.
Y qué cuadro el que vieron, ¡admirable!
Por fuera del recinto habían quedado muchas almas que Pedro, inexorable, había en su puerta rechazado porque no habían traído al paso el pasaporte íntegro y cumplido y esas almas tan tristes exhalaban tan amargos gemidos y quejas de tan gran melancolía, que la Virgen María, de ellas compadecida y no sufriendo que en vano así esa gente la implorara, a los muros del cielo se subía y desde allí, creyendoque por la noche nadie la veía, uno a uno iba alzando con intensa alegría, haciendo así a San Pedro contrabando.
Como San Pedro ya se vio triunfante, probada su inocencia, al buen Señor le dijo muy campante:"Al menos le hará Usted una advertencia! "Más el buen Dios que había reconocido de los muros del cielo, allá en la altura a su Madre, tan dulce, pura y bella, le respondió con sin igual dulzura: "¿Para qué?
Tú sabes cómo es Ella.

sábado, 3 de marzo de 2012

PADRECITO ¿POR QUE NO SE CASA?



Padrecito,¿por qué no se casa?


No cabe duda que la pregunta que más escucho de la gente es:
¿Por qué no se casa Ud.?
Me han preguntado jóvenes,señoras, taxistas, chicleros, meseras, niños, niñas y hasta alguna abuelita.
Les pica la curiosidad y quieren saber qué es lo que les pasa a los padrecitos para que no tengan mujer.
Todo el mundo sabe que los sacerdotes católicos no nos casamos, pero pocos saben por qué. 
Algunos se sorprenden, otros se admiran y hay otros, los evangélicos sobretodo, que se asustan.
Los protestantes evangélicos atacan muchas tradiciones de la Iglesia porque no las comprenden. 
¡Y cómo tiran pedradas al celibato de los padres católicos! 
(El celibato es el compromiso de no casarse.) 
Vamos a ver qué dicen y cómo podemos responderles.
¿es una ley de Dios?
La megasecta de Guadalajara la Luz del Mundo reparte un folleto que echa tierra al celibato.
Lo primero que dice es: el celibato de los sacerdotes
¿es una ley divina o es una ley de los hombres?
Con esta pregunta nos quieren hacer pensar que, si no es una ley de Dios, está mal.
Lo curioso es que la Iglesia Católica ¡nunca ha creído ni enseñado que el celibato fuera una ley divina! Es una simple norma disciplinaria.
Es decir, mi Iglesia me pide que no me case para dedicarme a tiempo completo a las almas a las que tengo que servir como sacerdote.
Como no tengo la preocupación de una familia propia, puedo estar a 100% por y para los fieles.
No siempre era así. 
Sabemos que San Pedro estaba casado porque tenía suegra. 
Sabemos que algunos de los primeros papas, obispos y sacerdotes de la Iglesia que Cristo fundó también estaban casados.
Pero poco a poco nos íbamos dando cuenta de que todos podrían servir mejor a Dios y a sus hermanos si fueran célibes.
Así es que en el año 303 d.C., en el Concilio de Elvira, España, se puso la norma del celibato aunque la tradición ya existía en toda la Iglesia.
Pero
¿la Iglesia puede imponer una norma como el celibato?
¿Por qué no?
Toda institución humana tiene sus normas.
El ejército pide a sus miembros que corten su cabello de la forma establecida por la norma.
¿Quién discute la legitimidad de esa norma?
El que a mí me guste o no es otra cosa...pero está claro que el ejército puede exigir lo que considere necesario o provechoso para sus miembros.
El argumento que el celibato va contra la naturaleza del hombre nace de un pobre concepto del hombre.
Sólo quien opina que el hombre no es mejor que un animal dominado completamente por sus instintos puede pensar que el celibato es algo inhumano.
Tantos hombres que han vivido feliz y fielmente el celibato son testimonios de que se puede educar y elevar la sexualidad de la persona humana en aras de una entrega mayor.
¿qué dice la Biblia?
Los evangélicos afirman que el celibato está prohibido por la Biblia.
Pero el matrimonio nunca ha sido obligatorio y la Biblia lo demuestra: Jesús nunca se casó, ni tampoco Juan el bautista, ni la mayoría de los Apóstoles, ni San Pablo.
La frase de Génesis: "Sed fecundos y multiplicaos" es un precepto general para la humanidad, no un mandato divino a cada individuo. De otra forma cualquiera que llegara a la edad de casarse y no lo hiciera caería en pecado.
Jesús recomendó el estado célibe para los que le querían seguir de una forma más cercana: "Porque hay eunucos que nacieron así, los hay que fueron hechos eunucos por los hombres y los hay que escogieron ser eunucos por el reino de Dios. ¡El que sea capaz de hacer esto que lo haga!" (Mt.19,11-12) (eunuco en este contexto significa una persona que vive sin tener relaciones sexuales)
También dijo Cristo: "Todo el que deje casa, hermanos o hermanas, padre o madre, esposa, hijos o campos por mi causa recibirá el ciento por uno y heredará la vida eterna." (Mt.19,29; Mc.10,28; Lc.18,28)
¡San Pablo nos echa porras!
El mismo San Pablo, el apóstol preferido de los protestantes, escribió: "Quisiera que todos los hombres fuesen como yo...a los solteros y a las viudas, que se queden como yo; pero si no pueden guardar continencia que se casen." (1Cor.7,8-9) Y, más adelante:
¿Estás soltero?
No te cases....Os quiero libre de preocupaciones.
El soltero se preocupa de las cosas del Señor y de cómo agradarle.
El casado se preocupa de las cosas del mundo y de cómo agradar a la mujer; está, pues, dividido...En conclusión, el que se casa con su novia hace bien y el que no se casa hace mejor." (1Cor.7,27;32-33;38)
El que Pablo ordene a Timoteo que el obispo tenga una sola esposa (como en 1Tim.3,2) no significa que a fuerzas se tiene que casar.
El sentido completo de lo que dice Pablo es que el obispo sea un hombre ejemplar en todos los aspectos de su vida. 
Si está casado, que sea con una sola mujer y no con varias.
Es el mismo mensaje que Pablo transmite un poco más adelante cuando dice: "...que sepa gobernar bien su propia casa y hacer que sus hijos sean obedientes y respetuosos; porque si uno no sabe gobernar su propia casa,
¿cómo podrá cuidar de la Iglesia de Dios?" (1Tim.3,4-5)
¡pero si ni los papas cumplían!
El folleto de la Luz del Mundo que ataca al celibato pone algunos ejemplos de los papas que no han podido vivir según esa norma de la Iglesia.
La verdad es que esa secta nunca se ha preocupado demasiado por la verdad de las cosas o el contexto de los datos.
Pero vamos a imaginar por un momento que alguna o todas de las acusaciones hechas en el folleto contra los diversos papas fueran verdaderas.
¿Qué demuestran?
¿que el celibato no es una norma legítima para el sacerdote católico?
¿que el celibato no es más que una maquinación de los papas para someter los sacerdotes a su voluntad?
¿que Cristo no fundó la Iglesia?
No. 
Sólo nos muestra que el hombre, por más alta y sagrada que sea su responsabilidad, sigue siendo hombre.
Sabemos, de hecho, por la historia que ha habido papas que se han entregado a la inmoralidad y a las costumbres indecentes en épocas cuando el ser obispo de Roma era un privilegio político.
Atraídas por el poder material, las familias ricas y poco escrupulosas de la antigua Italia hacían lo posible para colocar a alguno de sus miembros en el Vaticano.
Por supuesto, la rectitud y la templanza no contaban entre las cualidades que se requerían del candidato.
Decir que la norma del celibato no vale porque algunos hombres no la saben cumplir sería como quitar todos los semáforos de las calles de México porque algunas personas no los respetan.
¿Pero no es infalible el papa?
Infalible, sí, cuando enseña oficialmente en materia de fe y moral. Pero impecable, no. Nunca.
Y de los 264 papas que ha habido en la historia desde que Jesucristo colocó a Pedro como cabeza visible de su Iglesia,
¿cómo es que la Luz del Mundo sólo se acuerda de los pocos que han desedificado a creyentes y no creyentes por igual con su estilo de vida?
La mayoría inmensa de los sucesores de Pedro han sido dignos del cargo y han dado un ejemplo de coherencia moral a todo el mundo. Basta repasar la lista de los papas de los últimos 200 años para darse cuenta.
Ojalá sepamos los fieles católicos agradecerle al Señor ese don del Espíritu que nos ha dado: el que miles y miles de hombres y mujeres católicos han hecho el sacrificio de no tener familia propia para ser nuestros padres,

viernes, 2 de marzo de 2012

¿Se deben bautizar los niños?



¿Se deben bautizar los niños?


Queridos hermanos:


La mayoría de las familias católicas piden el bautismo cuando recién les ha nacido el hijo.


Y cuando uno pregunta: «¿por qué bautizan a los niños?», nos dan varias razones.


Desgraciadamente no siempre son las mejores razones, por ejemplo: «porque siempre se ha hecho así»...


«para que la guagua no sea mora»... «para que la guagua se mejore»...«para hacer una fiesta...»
Las familias realmente cristianas piden el bautismo porque los padres viven con alegría su fe, como el mejor regalo de Dios, y desean lo mismo para sus hijos.
Queridos hermanos: en mi carta anterior les he explicado que el bautismo cristiano, por el poder del Espíritu Santo, nos hace nacer como hijos de Dios, nos convierte en cristianos y nos integra como miembros vivos de la Iglesia.
Meditando bien la Biblia nos damos cuenta de que debemos considerar el bautismo de adultos como la práctica más frecuente en la Iglesia primitiva, pero, actualmente, vemos que la mayoría de los padres católicos desea el bautismo para sus hijos cuando son pequeños, y no quieren privar al niño de este gran don de Dios.
¿Hay razones en favor del bautismo de niños? ¿Qué nos enseña la Biblia?
1. El bautismo de niños es una práctica muy antigua en la Iglesia.
El bautizar niños era una costumbre ya por el año 200 y se piensa que desde los primerísimos tiempos de la Iglesia ha existido esta práctica.
En la Biblia no encontramos textos en contra del bautismo de los niños. 
Sin embargo, hay indicaciones en las cuales está implícita la práctica de bautizarlos.
En la carta a los Corintios el Apóstol Pablo dice:
«También bauticé a la familia de Estéfanas» (1 Cor. 1, 16), y se supone que en una familia hay niños.
En los Hechos de los Apóstoles, Pablo nos narra cómo él bautizó en la ciudad de Filipos a una señora, llamada Lidia, «con toda su familia» (Hech. 16, 15).
Y refiriéndose al carcelero de Filipos, también dice:
«Recibió el bautismo él y todos los suyos» (Hech. 16, 33).
Esta práctica de bautizar los niños ha existido desde los comienzos en la Iglesia, y el mismo Lutero, fundador del protestantismo e inspirador de las iglesias evangélicas, admitió el bautismo de niños porque ellos son bautizados en la fe de la Iglesia.
2. ¿Qué razones hay en favor del bautismo de los niños?
Existe un buen número de razones para ello: Los niños también son acogidos por el amor de Dios, los niños pequeños pueden ser incorporados al misterio de Cristo y ser acogidos en la fe de la Iglesia.
Por supuesto que los padres cristianos deben aceptar el compromiso de educar a sus hijos cristianamente, y en esta tarea han de colaborar los padrinos y la comunidad cristiana.
Analicemos estas y otras razones en favor del bautismo de los niños.
3.El actuar de Dios es anterior a nuestro actuar y a nuestra fe.
No debemos pensar que Dios comienza a amarnos una vez que hemos manifestado conscientemente nuestro amor y nuestra fe en El.
El amor de Dios es anterior a nuestra iniciativa de amar: «Antes de haberte formado yo en el seno materno, te conocía, y antes de que nacieses te había consagrado» (Jer. 1, 4-5); (Is. 49, 1).
«En esto está el amor, no en que nosotros hayamos amado a Dios, sino en que El nos amó primero» (1Jn 4, 19).
Ahora bien, cuando la Iglesia bautiza a los niños chicos, expresa con ello la convicción de que ser cristiano significa ante todo un don gratuito de Dios.
Dios nos ama antes de que nosotros hagamos cualquier cosa por El. Entendiendo así las cosas, el bautizar a los niños es auténticamente bíblico y manifiesta la gratuidad del amor de Dios que rodea toda nuestra vida.
Pensar que Dios se comunica solamente por medio de una fe consciente sería limitar el poder de Dios.
4. La fe de la comunidad es la única condición para el bautismo del niño
El bautismo es antes que nada el sacramento de la fe.
Ahora bien, algunos dirán que el niño todavía no puede proclamar conscientemente esta fe en Cristo.
Entonces,
¿no sería mejor esperar hasta que el niño llegue a ser adulto y proclame por sí solo su fe cristiana?
No olvidemos que el bautismo no es un puro signo de fe; el bautismo también es «causa de fe» y produce como efecto en el bautizado «la iluminación interior».
Sin duda, la gracia recibida en el bautismo, el poder del Espíritu Santo con sus dones y la fe que irradia una familia cristiana ayudarán a que el niño, poco a poco, responda con una fe libre y personal.
La Iglesia, y muy concretamente los padres y los padrinos, puede tomar el lugar del niño; el niño que es bautizado no cree todavía por sí mismo, sino por medio de otros, por la fe de la Iglesia o de la comunidad cristiana.
Por eso se suele decir que «los niños son bautizados en la fe de los padres y en la fe de la comunidad cristiana».
Por supuesto que la Iglesia siempre pide el compromiso a los padres y padrinos para que lo eduquen cristianamente.
Entendido así, el bautismo de niños es un «privilegio» que la Iglesia siempre ha concedido a las familias cristianas en atención a la fe de los padres y padrinos.
5. Es malo dejar al niño sin rumbo y sin religión
Algunos dicen que no es justo imponer a los niños la religión: «El niño no puede razonar y debe esperar hasta que sea adulto para optar libremente por el bautismo...»
Es verdad que un niño recién nacido no puede razonar.
Pero es una ilusión esperar hasta que el niño pueda razonar para elegir libremente una religión.
Sería un error muy grave que los padres dejasen al niño sin religión, sería lo mismo que dejarlo sin rumbo en la vida.
Esto no significa «imponer» una religión.
Cada niño nace y crece en el ambiente que le es dado nacer.
Crece en una familia que le comunica los grandes valores de la vida sin que el niño lo pida.
Esperar hasta que el niño como adulto elija por sí mismo los valores de la vida, sería dejarlo crecer sin rumbo.
Hay tantas cosas que la vida da a los niños sin que ellos lo hayan pedido. 
Ellos no pueden elegir a los padres, no pueden elegir el ambiente, ni su lengua, ni sus cultura.
Pero esto no es una limitación sino algo muy natural. 
La realidad de no imponer nada al niño simplemente no existe.
En una vida normal son primeramente los padres los que tienen que tomar por sus hijos las opciones indispensables para toda la vida.
Los buenos padres de familia siempre desean comunicar a sus hijos los grandes valores de la vida.
Ahora bien, la fe cristiana de una familia es, sin duda, un don divino y lo más normal es que los padres deseen comunicar este don a sus hijos. ¿Por qué, entonces, privar a los niños de este bien?
Un niño sin ninguna educación en la fe de sus padres, parte sin rumbo durante los primeros años de su vida y difícilmente encontrará el camino para crecer en la verdadera libertad hacia una decisión personal.
6. Y ¿cuándo empieza la fe en nuestra vida?
Imposible contestar a esta pregunta, como tampoco se puede contestar a la pregunta de cuándo empezamos a amar.
La fe es como el amor.
Tiene que ser suscitada. 
Y crece, sin que se advierta, desde el primer contacto de los padres con el niño.
No sabemos cuándo el niño empieza a amar.
Sería absurdo. Lo mismo pasa con la fe.
No se debe esperar hasta el día en que el niño empiece a manifestar alguna inquietud al respecto.
Así como no se puede poner fecha al comienzo del amor, tampoco se puede poner fecha al comienzo de la fe, como tampoco los padres pueden esperar a darle comida al niño hasta que el niño decida lo que va a comer.
Lo mismo pasa con el idioma y con el nombre que nuestros padres nos dan. Son cosas anteriores a la libre elección... La comida, el nombre, el idioma y la vida son un bien.
Y los padres para entregar este bien no esperan la aprobación de su hijo, sino que se lo dan en forma anticipada.
De igual manera la fe y el Bautismo son un bien y por ello los padres deciden y dan este bien a sus hijos antes que ellos tengan uso de razón.
Decíamos que para llegar a la existencia los papás no preguntaron al niño si quería vivir o no, porque se supone que la existencia es un bien, es un regalo... de igual manera la vida divina es un bien y un regalo, y los papás se lo conceden al niño porque ellos desean lo mejor para sus hijos.
7. Consideración final
El niño pequeño forma parte de una familia, de una comunidad y nunca es demasiado chico para inculcarle la Fe.
¿No es verdad que Jesús abrazaba a los niños y los bendecía?
Jesús no esperaba que los niños estuvieran conscientes y pidieran este amor. «Dejen que los niños vengan a mí, no se lo impidan» (Mc. 10, 13-14).
La Iglesia Católica sigue bautizando a los niños pequeños porque está convencida de que los pequeños pertenecen a Dios. Además el niño vive dependiendo de los adultos que le rodean.
La fe del niño tendrá futuro si existe el compromiso de los padres de transmitir la fe a sus hijos.
Sin este compromiso la Iglesia prefiere postergar el bautismo hasta que se den las condiciones necesarias.
Pero con toda seguridad podemos decir que cuando los padres creyentes piden el bautismo, piden algo bueno y razonable y este sacramento seguirá siendo el camino más adecuado para una futura vida cristiana.


Dice el CATECISMO:
¿Qué significa la palabra Iglesia?
-La palabra Iglesia significa la reunión de los fieles bautizados que creen en Jesucristo y que están unidos al Papa.
¿Qué significaba la palabra Iglesia en los primeros siglos del cristianismo?
-Significaba las reuniones de los fieles para celebrar la Fracción del Pan, es decir, lo que hoy llamamos Santa Misa o Eucaristía.
¿Qué pasó en el siglo IV?
-Es este tiempo se empezó a llamar iglesia al templo donde se celebraba la Santa Eucaristía.
¿Cuáles son los nombres de Iglesia que se encuentran en el Nuevo Testamento?
El Nuevo Testamento llama a la Iglesia:
1) Pueblo de Dios (Hechos 3, 25-26).
2) Reino de Dios (Hechos 20, 25).
3) Jerusalén del cielo (Gálatas 4, 26).
4) Esposa de Cristo (Juan 3, 29).
5) Casa de Dios (1 Timoteo 3, 5).
6) Cuerpo de Cristo (Efesios 4, 12).


¿Quiénes forman parte de la Iglesia?
-Todos aquellos que son bautizados y que son transformados de paganos y gentiles en hijos adoptivos de Dios forman la Iglesia.


¿Cuál es el primer elemento de la Iglesia llamado el cuerpo de la Iglesia?
-El primer elemento visible de la Iglesia está formado por las personas bautizadas que profesan la misma fe, reciben los mismos sacramentos y obedecen al Papa.


¿Cuál es el segundo elemento visible de la Iglesia llamado el alma de la Iglesia?
-El alma de la Iglesia está formada por todas las personas que viven en gracia de Dios y en íntima relación de amistad con Dios.


¿Cuál es la verdadera Iglesia de Jesús?
La verdadera Iglesia de Jesús es aquella que contiene todos los elementos que Jesús dejó para su Iglesia. 
Y ésta es la Iglesia Católica fundada por Jesucristo sobre Pedro. 
Es la única que conserva todos los elementos que Jesús dejó a su Iglesia.