jueves, 1 de septiembre de 2011
DEVOCIÓN AL CORAZÓN DE MARÍA
DEVOCIÓN AL CORAZÓN DE MARÍA
La Devoción al corazón de María tiene raíces Bíblicas, concretamente en Lucas 2, 19 y 2, 51.
Ambos pasajes comentan como María guardaba todo lo que acontecía meditándolo en su corazón, memoria y mente son a veces localizadas en el corazón por la escritura.
En el Magnificad el corazón de María canta las alabanzas del señor por venir a salvar al mundo.
La devoción al corazón de María se encuentra ya en muchos Santos y tratadistas Espirituales Medievales.
Destacan entre los hombres S. Anselmo, Eadmero, S. Bernardo y Hugo de S. Víctor, y, entre las mujeres, las Santas místicas Matilde de Hackeborn, Gertrudis la grande y Brígida de Suecia.
La devoción al corazón de María se renovó en los siglos XVI y XVII.
Este renacimiento está asociado a S. Juan Eudes, que según Pio X es el padre, Doctor y promotor de la devoción a los corazones de Jesús y de María.
Otros importantes hitos de la historia de esta devoción fueron la aparición de la Medalla Milagrosa y, sobre todo, Fátima.
En 1944 Pio XII extendió la fiesta del Inmaculado corazón de María a la Iglesia Universal, después de haber de haberle consagrado el mundo en 1942, se celebra el sábado siguiente a la festividad del sagrado Corazón de Jesús.
El corazón es símbolo de amor y unifica la persona: conciencia, libertad, inteligencia, voluntad, afectividad.
El inmaculado corazón de María, representa la entrega total y absoluta de la virgen a la misión de su hijo desde la Anunciación hasta el fin de los tiempos.
Es modelo de madurez Cristiana y responsabilidad en la respuesta al reto de amor de Dios.
Esta Devoción nos invita a confiar en el corazón de María.
He aquí algunos de los beneficios que se derivan de esa entrega a la Virgen: 1) Unifica y profundiza nuestro conocimiento de los misterios de Dios y de María.
2) Fortalece nuestra entrega a Dios.
3) Nos ayuda a alcanzar una mayor unión con Cristo que mora especialmente en el corazón de María.
4) Abre nuestro corazón a las necesidades de nuestros hermanos y hermanas.
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